un modo bien sucinto: “La paciencia está más al alcance de la mano de un buen hombre que la sabiduría: la primera ha de ser ejercitada, la segunda ha de ser solicitada”.52 El hombre debe superar su orgullo para admitir que necesita sabiduría. Pero la sabiduría no es algo que ya posee. La sabiduría pertenece a Dios, ya que es su virtud divina. Cualquiera que admite la necesidad de sabiduría debe ir a Dios y pedírsela. Santiago apela al lector y oyente individual. Escribe: “Si alguno de vosotros carece
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